Lo asesinaron porque quiso dejar de vender drogas
Roberto Carlos Godoy tenía 37 años y la noche del jueves recibió un disparo frente a su casa. Su viuda admitió que habían decidido dejar de vender estupefacientes
«Yo vendía drogas desde hace mucho tiempo. Nos obligaban a vender para Graciela, que tiene un búnker en el barrio La Cerámica. Hace cinco meses no quisimos saber nada más y ahora me mataron a mi marido». Ante quien se le pusiera enfrente, policías o medios de prensa, Virginia hizo el mismo crudo relato. Primero contó el contexto en el que se movían y luego cómo ejecutaron a balazos a su esposo, Roberto Carlos Godoy, de 37 años, media hora antes de la medianoche del jueves en la vereda de su casa de Olive al 2400, en Empalme Graneros.
«Hace quince días vinieron y nos balearon el portón de la casa. Eso lo hicieron para que volviéramos a vender para ellos. Yo no los denuncié porque tuve miedo. Pensé que cerrando la puerta y teniendo cuidado, iba a pasar. Pero me mataron a mi marido», relató la mujer acongojada.
El contexto
Virginia tiene 35 años. Junto a Roberto llegaron hace menos de dos años a los confines de Empalme Graneros y se alojaron en una casa de Olivé al 2400, entre Virgilio Ottone y De Angelis, a escasos 100 metros de la Agrupación de Fútbol Infantil «Los Pumas» y a cinco cuadras del centro comercial y la vecinal de Empalme.
A esa altura Olivé es una calle angosta que recibe el nombre de Lavardén, y por allí con dificultad, pasan dos vehículos a la par. La vivienda de Godoy es identificable por el color azul francia del portón delantero y por el color magenta del que está pintado el frente de la propiedad. El perímetro de la vivienda, además, está asegurado con alambre de púas.
Según explicó ayer Virginia, junto a su pareja tenían a cargo a ocho menores. «Para ser sinceros, fuera de estos tiroteos que hubo, eran buenos vecinos. Todos en el barrio comentaban que vendían droga, pero como vecinos eran buenos», refirió una vecina de la cuadra que accedió a hablar con este diario.
«Los locos vendían drogas para una banda de La Cerámica, creo que era la llamada «Los 90». Parece que se revelaron y no quisieron vender más para ellos. Vendían en la calle más que en la casa. O se quisieron independizar y ese tipo de decisiones no se perdonan. Todo es una cagada porque al tipo lo mataron frente a uno de sus hijos pequeños. Después el auto salió a todo escape por Olivé y dobló por De Angelis. Y en la calle, con el calor que hacía, había 30 o 40 pibes jugando. No levantó por el aire a alguna criatura de pedo», explicó otro vecino de la zona.
Noche caliente
De acuerdo a lo que se pudo reconstruir por testimonios de los pesquisas y los vecinos, el jueves aproximadamente a las 23.30 Olivé al 2400 ardía de vecinos en las calles tras un día agobiante. Los pibitos del barrio jugaban en la vereda y también en las calles.
Virginia, la concubina del hombre asesinado, relató que a la hora señalada ambos estaban en la vereda con alguno de sus niños mirando cómo una dotación de la EPE chequeaba una columna ubicada a escasos 30 metros de ellos. «Entonces aparecieron una moto y un auto. Y dispararon contra mi marido», explicó la mujer. Vecinos que observaron la escena dijeron haber visto un auto color gris cuyos datos se preservan para no entorpecer la investigación en manos del fiscal Florentino Malaponte, y que sin bajarse del rodado, desde el interior, dispararon a mansalva contra Godoy.
«El hombre no estaba entrando ningún auto. Estaba ahí con algunos de sus hijos. Todo muy feo. El auto paró y con las ventanillas bajas le dispararon delante de las criaturas. Después salieron de vuelo por Olivé y doblaron en De Angelis», agregó un vecino de la cuadra.
Sabe quiénes son
Virginia dijo reconocer a quienes mataron a su marido. Contó que en uno de los autos circulaba la mujer de uno de los apuntados. Extraoficialmente pudo conocerse que las mismas personas fueron mencionadas por la víctima como quienes atacaron su vivienda hace dos semanas en un hecho que no denunció por miedo y en el que le habrían dejado una nota: «Vendé otra vez o te matamos uno».
En el barrio corrió el apodo de «El gordo Ezequiel», afincado en el barrio La Cerámica y ligado a la temible banda conocida como «Los 90», y el atacante como uno de los cuatro pandilleros que estarían identificados.
Godoy recibió múltiples impactos en el abdomen y las piernas. En esta agonizante fue trasladado en el auto de un vecino hasta el Hospital Alberdi, donde nada pudieron hacer para salvarle la vida.
En la escena del hecho peritos de la Policía de Investigaciones (PDI) al mando del fiscal Malaponte recolectaron dos vainas servidas calibre 9 milímetros. El funcionario, además, ordenó a los peritos trabajar sobre los testimonios de potenciales testigos y la detección de videofilmaciones de cámaras privadas o públicas ubicadas en la zona.
inconfundible. La casa en la que vivía la víctima con su pareja y ocho niños era conocida en el barrio por los colores fuertes con los que está pintada. (La Capital)