Cómo se gestó la jugada de las diputadas para imponer la paridad de género en las listas
Donda buscó aliadas desde la tarde. La sorpresa de los diputados, que creían poder plancharlo por siempre.
A las 18 horas Victoria Donda cruzó a Cristina Álvarez Rodríguez (FpV-PJ) y se lo contó: «A la madrugada vamos a mandarnos con la ley de paridad de género. Asegurate que esté las de tu bloque», le pidió.
El día y el horario no eran casuales. Por ser una sesión con muchos proyectos, los bloques deben sostener el quórum aún de madrugada pero como tampoco evitan ausencias, el recinto nunca está vacío superpoblado.
Para apartarse del reglamento y sumar un proyecto se necesitan dos tercios de los presentes, un número que no iba a ser fácil si estaban todos los hombres en sus bancas.
En Cambiemos algo sabían. La macrista Silvia Losennato y la radical Brenda Austin habían pedido a Mario Negri incluir el proyecto en las últimas sesiones del mes, pero no lo consiguieron.
Si bien no hay elecciones hasta 2019, en diciembre cambian la mitad de los diputados y juntar una mayoría será un trabajo nuevo, que las promotoras de la igualdad de género querían evitar. La demora, además, no tenía otra explicación que el rechazo de la mayoría de los radicales a la paridad, que ya habían expresado en privado y pronto mostrarían con su voto.
La sorpresa de Álvarez Rodríguez, en esa charla de pasillo, fue que Graciela Camaño estaba al tanto y dispuesta a bancar la parada, aun cuando había dicho meses atrás que la paridad plena podía ser un exceso.
A Donda no le costó mucho tocarle una fibra y hacerla cambiar de idea. Cuando la ya veterana e Libres del Sur pidió apartarse del reglamento, la sorpresa en todos los rincones del recinto se hizo sentir.
El formoseño Luis Basterra, a cargo del FpV-PJ, miraba incrédulo a los diputados de La Cámpora. El histórico Carlos Cuto Moreno se fue del recinto enojado, en una de sus últimas sesiones. Máximo Kirchner no estaba pero si sus subordinado porque, al parecer, habría hablado con Sergio Massa para alistar a sus diputadas. Se los vio reírse juntos.
En frente, el radical Miguel Bazze movía los brazos en señal de votar en contra y Negri, desde su banca, pedía respetar el plan de labor e imaginaba que Camaño pondría las chicas en orden.
Nada de eso ocurrió y tampoco Emilio Monzó, desde el estrado, se esforzó demasiado en impedir que Donda se saliera con la suya. El presidente de la Cámara siempre tiene algún recurso extra.
Esta tarde algunos creían que la radical Karina Banfi hizo un paso de baile al pedir postergar el tema para otra sesión, para buscar que sus pares se mantuvieran en sus bancas.
Quienes la conocen creen que simplemente reaccionó así y casi tira todo por la borda. Lospennato, a cargo de juntar los votos de Cambiemos en las sesiones, empezó a mirar a sus colegas en señal de complicidad y hasta se preocupó en contener a Banfi.
La jujeña Gabriela Burgos (UCR) y Cornelia Schmidt Liermann (PRO) no podían contener su algarabía en cada votación y fueron las primeras en organizar fotos conjuntas cuando la paridad de género fue un hecho.
En cada bloque iban buscando una explicación, pero nunca apareció coraje masculino para abandonar el recinto y frustrar la jugada feminista. Hubo algunos amagues aislados.
Negri apeló a sutilezas como sugerir un cuarto intermedio hasta la mañana, pero ni se animó a proponerlo, sobre todo cuando Monzó, lejos de sentirse afectado por el espectáculo, parecía disfrutarlo y hasta hacía chistes cuando llamaba a votar.
Las votaciones dejaron datos curiosos. Visiblemente molesto, Nicolás Massot, jefe del bloque PRO, rechazó sumar la paridad a la sesión y fue uno de los cuatro diputados que también se opuso al proyecto.
Claramente no se pudo sacar la bronca con Lospennato, quien suele robarle protagonismo en las reuniones de bloque y pareció mostrar que podía controlar el recinto si se lo propone.
Los otros votos en contra fueron de Pablo Torello (Pro), Héctor Roquel (UCR) y Pablo López, del Fit, que no pudo argumentarlo. La santiagueña Graciela Navarro se abstuvo.
Navarro también había votado en contra de sumar el proyecto a la sesión junto a la macrista Paula Urroz, de Buenos Aires, cercana a Patricia Bullrich y recordada por pedir eliminar los planes de vacunación.
En esa votación, la mayoría de los hombres de Cambiemos pidió no incluir la paridad de género, pero no llegaron al tercio. Jugados por jugados, luego luego mayoría se rindió y la apoyó, cuando sólo se requería mayoría simple y las cartas estaban echadas.
La foto que Monzó hizo tomar al final de la sesión habla mucho. Aparecen radicales que se sumaron a la gesta feminista como Mario Barletta y Luis Petri, Massa y Axel Kicillof festejan en primera fila y Negri y Massot brillan por su ausencia. No se la esperaban. (La Política On Line)