El juicio a la banda de Los Monos, largada para un proceso inédito
Hoy comienzan a ser juzgadas 25 personas acusadas de formar un grupo delictivo liderado por la familia Cantero.
Con un reforzado operativo de seguridad, comienza en el Centro de Justicia Penal un trascendente pleito jurídico.
Desde las 9 empezarán a ser juzgadas 25 personas acusadas de formar un grupo delictivo liderado por la familia Cantero. Doce son civiles y trece efectivos de fuerzas de seguridad. Todos responden por los delitos de una asociación ilícita.
A seis se los acusa además de tres hechos de homicidio con cinco víctimas. Habrá cinco fiscales y 19 defensores. Desfilarán 280 testigos. El veredicto se espera en abril.
La organización criminal Los Monos, que comenzó a tener trascendencia nacional a mediados de 2013, apareció en las crónicas policiales rosarinas a principios de este siglo, cuando el antiguo líder de la banda, Ariel Máximo Cantero (52), «El Viejo», fue condenado por tráfico de marihuana en Corrientes.
Sus hijos Claudio Ariel, alias «Pájaro», y Ariel Máximo, «Guille» o «Tarta», que más tarde tomarían el mando de la organización que sembró de violencia la ciudad, tenían por entonces edad escolar.
El nombre de la banda proviene de su primer mandamás, Juan Carlos Fernández, alias «El Mono Miguel», un cuñado del «Viejo» que murió en 2003 en un accidente náutico nunca esclarecido.
Desde aquel momento, su cuñado Ariel Cantero quedó al mando de una organización que por entonces tenía dimensiones barriales y se dedicaba al cuatrerismo, el mejicaneo a narcos y daba sus primeros pasos en ese negocio, recordaron investigadores del caso.
Un testigo protegido que declaró en la causa contra «Los Monos» recordó que «los Cantero siempre estuvieron en el tema del robo de caballos, incluso gente de antes les llama cuatreros».
Claudio fue el primer hijo en tomar las riendas de la organización que comenzó a cobrar protección a otros narcos para vender droga en los búnkeres sin ser molestados.
El clan familiar está integrado también por Celestina Contrera, «La Cele», exesposa de «El Viejo» y madre de «Pájaro» y «Guille», y por Ramón Ezequiel Machuca (Monchi), un pibe de la calle criado por el matrimonio.
Según el testigo de identidad reservada, en un principio el negocio de los Cantero no había sido la droga «sino la protección de otros narcos».
«Lo que hacía «Guille» era mandarte a tirar tiros a un bunker y te dejaba el número de teléfono, entonces ahí se arreglaba y te protegía», relató ante el juez.
Según los investigadores, los Cantero ejercían una conducción «celular» de la organización en la que cada integrante administraba sus propios búnkeres de venta de drogas y realizaba inversiones con su producido.
Primero controlaron los barrios La Granada, 17 de Agosto y Las Flores, y luego extendieron su influencia a todo Rosario, ya sea con bocas de expendio propias o mediante el cobro de protección a otros narcos.
Las deslealtades y las faltas de respeto las cobraban en vidas.
A pesar de la fortuna amasada —un testigo contó que pensaban construir una cámara frigorífica para guardar el dinero—, y de algunas inversiones inmobiliarias, automotores y náuticas, los Cantero nunca abandonaron su barrio.
«El Pájaro se hizo una casa atrás de la de la Cele», recordó un testigo de la causa.
La organización también extendió sus alcances a las barrabravas de Newell’s Old Boys y Rosario Central.
Y cimentó su poder mixturando su accionar con la complicidad de las fuerzas de seguridad, a tal punto que de los 25 acusados en el juicio 13 son exuniformados.
Sin embargo, el crimen de Claudio Cantero en mayo de 2013 fue el principio del fin de «Los Monos».
En 72 horas se produjeron cuatro homicidios en presunta venganza y el padre y dos hermanos de uno de los acusados de matar al «Pájaro» —que luego fue absuelto— fueron asesinados en diez meses. Lo mismo ocurrió con los padres de los otros dos imputados en ese hecho que también resultaron absueltos por la Justicia.
Desde ese momento quedaron expuestos a la opinión pública, que casi ni los conocía.
Según cifras oficiales, en 2013 el departamento Rosario registró 264 homicidios dolosos, triplicando la tasa media nacional.
La necesidad política de revertir esos guarismos motorizó la única causa en trámite que podía apuntar al clan familiar que llevaba casi dos décadas sin ser molestado judicialmente.
Recién en diciembre de 2015 «Guille» Cantero fue procesado en una causa federal por narcotráfico, mientras estaba detenido en la cárcel santafesina de Piñero.(La Capital)