Rossi y Kicillof libran una dura interna por la presidencia del bloque kirchnerista
El economista tiene ganas, pero el santafesino apuesta a evitar fugas. Cristina tendrá la última palabra.
Agustín Rossi y Axel Kicillof mantienen una súbita pero ya indisimulable interna para controlar el bloque de diputados kirchneristas, un cargo que definirá Cristina Kirchner antes de la sesión preparatoria del 6 de diciembre.
Ambos hablan con la ex presidenta y se promocionan con perfiles diferentes: el economista se presenta como el mejor exponente de la lucha contra el ajuste de Mauricio Macri y el de Santa Fe como garante de la unidad y capaz de impedir fugas hacia la bancada apadrinada por los gobernadores.
Es la apuesta de los mandatarios, que si no logran seducir a varios de los actuales diputados del FpV-PJ podrían quedar con decenas de votos menos que los conducidos por Cristina. Con Kicillof en reemplazo de Héctor Recalde, creen que reclutar será mucho más sencillo.
Atento a eso, según pudo saber LPO, Rossi ya empezó a llamar a diputados cercanos a gobernadores para pedirles no dar el salto y quedar bajo su mando. «Está hablando con todos, excepto con los de La Cámpora», confió a LPO uno de los que recibió su llamado.
Cristina lo valora y festejó con él el triunfo de ambos en las primarias, que luego no pudieron revalidar en octubre. De todos modos, con el segundo puesto el santafesino cerró su mejor elección de su historia y mejor que la mayoría de las propuestas kirchneristas.
Kicillof juega otro juego. Hace meses que recorre el país en actos y conferencias, siempre para criticar la política económica de Macri con su énfasis habitual.
Agustín Rossi llama a diputados cercanos a gobernadores y les propone quedarse en el bloque kirchnerista. Kicillof quiere ser el vocero contra el ajuste. Cristina debe definir el reemplazo de Héctor Recalde antes del 6 de diciembre.
Aunque se lo relaciona con La Cámpora, en el bloque aseguran que jamás consulta a los referentes de esa agrupación, habla directo con Cristina y sorprendió a propios y extraños cuando antes del cierre de listas repetía que la ex jefa de Estado no debía ser candidata.
«Es un soberbio y no entiende que si Cristina no se presenta se va a todo a la mierda. Él también», vociferaban por esos días cerca de Máximo Kirchner, a quien, curiosamente, se lo podía ver conversando con Axel en los intervalos de la sesiones. Eran charlas amistosas.
La semana pasada, La Cámpora pareció terciar a favor de Kicillof con un gesto que pasó desapercibido. El diputado Marcos Cleri juntó a Cristina con sindicalistas santafesinos y no le hizo lugar en la foto a Rossi.
Los camporistas no terminaron bien la campaña bonaerense y no sólo por la derrota: Cristina desechó sus consejos los últimos meses y en las noches de elecciones ungió como vocero a Leopoldo Moreau, un golpe bajo a sus fieles discípulos. Así lo entendieron.
Los conocedores de las intrigas kirchneristas creen que cualquiera que se haya promocionado para el cargo queda sin chances, aunque no descartan que tal vez esas costumbres también hayan quedado atrás.
Otra figura que no podría quedar al margen es Fernando Espinoza, no sólo por su peso específico como líder de un distrito con más de un millón de votos, sino porque contribuiría a sostener a peronistas molestos con los K.
Como explicó LPO, para evitar la ruptura, José Luis Gioja y Gildo Insfrán apuestan a habilitar un sin número de sub bloques bajo una montura peronista, una oferta que no termina de convencer a los gobernadores, dispuestos a marcar distancia formal con Cristina, por ahora distante de esas disputas. Puede esperar unos días.(La Política On Line)