Misteriosa canasta umbanda sorprendió a los vecinos de Lagos y Rueda
En barrio Latinoamérica se ofrendaron flores, velas, chocolate, gaseosa y juguetes. Pero, atemorizados, los vecinos quemaron el recipiente
Por Lucas Ameriso/La Capital
a intriga se apoderó de barrio Latinoamérica desde ayer a las 2 de la madrugada cuando varios vecinos vieron a 7 mujeres caminando para atrás y haciendo gestos.
El enigma aumentó cuando en una esquina del corralito de las hamacas apareció una caja con «ofrendas»: una botella de gaseosa, chocolates, velas, flores y hasta un juguete. ¿Hubo rito? Por las dudas, la vecinal, quemó el recipiente y alejó a los chicos de los juegos.
En el rectángulo de espacio verde en Lagos y Rueda (donde funciona una placita y una cancha de fútbol) sucedió lo inesperado. Del «hallazgo» dieron cuenta los operadores del Distrito Centro, quienes recibieron varios llamados alertando sobre esta situación.
«Anoche hubo unas siete mujeres haciendo brujería. Dejaron una caja con flores, juguetes y golosinas, y queremos avisar para que los chicos no toquen ni se acerquen. Caminaban para atrás», expresó un vecino al operador telefónico.
La Capital hizo una recorrida por la zona. «Nos dio miedo, por las criaturas. Acá, cuando despunta el solcito, se llena de mamás con nenes chicos y se usan los juegos», dijo Mario.
La curiosidad produjo un revuelo en el barrio, que corrió por las redes sociales. Las fotos de la canasta circularon por los celulares de los vecinos y hasta se tejieron varias hipótesis.
«Por las dudas, borré la foto, me daba impresión», dijo un hombre cuando este diario le preguntó por el registro.
El temor a un gualicho hizo reaccionar a la vecinal del Latinoamérica. Por eso, le prendieron fuego a la caja.
El rumor ya había corrido por los pasillos y escaleras de los monoblocks sin tregua. Y circuló que este ritual se había hecho previamente en zona norte y oeste. El trabajo se habría producido en siete lugares a la vez. «Una señora que es correntina dijo que el efecto podría matar a una persona», comentó una anciana.
En medio de la sorpresa, los vecinos frenaron a un patrullero que circulaba por la zona para contar lo sucedido. «Más tarde o más temprano se tiene que saber, porque acá arriba de nuestras cabezas hay cámaras de seguridad y supuestamente vieron o está registrado», apuntó otro vecino.
Un grupito de preadolescentes se arremolinó en torno al equipo de este diario para dar su versión. «Hicieron la brujería y se fueron para la tira 30», dijeron las chicas a coro. «Es la mamá de un pibe de por acá que aparece con un perfil de Facebook», contó una de ellas al señalar una foto en la red social donde se lee al pie: «Recién salida con todo el axé».
El dato coincide con el calendario umbanda que consagra cada 27 de septiembre un homenaje a los «ibejis», niños o «crianzas».
El ritual africano indica que se puede prender una vela rosa y una celeste, o una vela que tenga ambos colores juntos y pedir su protección.
Para agradarlos, se les ofrece tortas, galletitas dulces, leche chocolatada, gaseosas o jugos de frutas, chupetes, chupetines, caramelos y, sobre todo, juguetes. Los datos coinciden con la canasta hallada.
Fueron también las chicas quienes contaron que un niño replicó el rito haciendo chasquido con los dedos y «limpiándose el cuerpo».
Caía la tarde en la placita del Latinoamérica. La bocina del churrero arrimó más señoras al lugar.¿Tiene miedo?, se le preguntó a una de ellas. «Creo en Dios, y su protección. Nada me puede pasar», respondió la mujer con firmeza.(Lucas Ameriso/La Capital)