Profundizan controles sobre manteros en las peatonales
La Municipalidad rediagramó los turnos de la GUM para conseguir mayor presencia y una supervisión más sostenida durante toda la jornada.
Por Aníbal Fucaraccio / La Capital
Las autoridades locales rediagramaron los turnos de los agentes de la Guardia Urbana Municipal (GUM) para mejorar la cobertura y la eficiencia de los operativos de control que se desarrollan sobre los manteros que siempre intentan ubicarse en las peatonales Córdoba y San Martín.
Según evaluaron los comerciantes de la zona, este cuadro de reordenamiento redundó en una evidente mejora en la disposición del espacio público en el microcentro de la ciudad.
«Hace menos de un mes cambiamos la estrategia de intervención. No sé si hay menos manteros, pero lo que está claro es que tienen muchas menos posibilidades de asentarse en las peatonales», detalló el secretario de Control y Convivencia Ciudadana, Gustavo Zignago.
El funcionario explicó que muchas veces los manteros se quedan dando vueltas ante el nuevo desarrollo de operativos de control en la zona céntrica, pero advirtió que están seguros de que «lo único que evita estas instalaciones es la presencia de la Guardia Urbana».
«Tuvimos reuniones con empresarios, comerciantes y vecinos de la zona, que nos plantearon los inconvenientes que sufren con este tipo de asentamientos. Por eso buscamos una estrategia que garantice una mayor presencia de los agentes de la Guardia Urbana en las peatonales», confió Zignago.
Sobre las particularidades de los cambios efectuados, precisó: «Modificamos algunos turnos de trabajo de los agentes de la GUM y eso nos permitió tener una continuidad más sostenida en los controles durante todo el día, sin huecos entre un cambio de turno y otro».
Y explicó más en profundidad: «El déficit se daba entre las 13.30 y las 15, y obedecía a un cambio de turno. Por eso reestructuramos los servicios de la Guardia Urbana, generamos un turno intermedio, acomodando horarios para que no quedaran huecos».
En tanto, el secretario destacó que se produjo un importante acuerdo con la Policía de la provincia para llevar a cabo estos trabajos. «Fijamos algunos objetivos comunes en esa zona peatonal, que tienen que ver no sólo con la presencia en el sector, sino también con verificar que algunas situaciones, como la venta irregular y otras cuestiones relacionadas a la seguridad pública, se vean desalentadas a partir de la presencia. Esto también permitió que mejore el servicio», expresó Zignago.
Sobre la chance de cuantificar numéricamente esta mejoría en los controles, apuntó que «es muy difícil tener estadísticas, porque hace muy poco que se implementó esta modalidad. Pero entendemos que el servicio mejoró».
Asimismo, admitió que el enfoque actual está centrado en la zona de las peatonales, pero a la vez resaltó que «también estamos trabajando en otros sectores del microcentro».
El gran desafío
Acerca de la posibilidad de mantener la intensidad de los controles actuales, el secretario reveló que «por ahí pasa el desafío ahora, porque pensamos en un servicio y después aparecen necesidades que muchas veces provocan la obligación de apuntar a otro objetivo de cobertura. Eso es muy común en la administración de los recursos. Hay que sacar de un lado cuando se necesita más en otro. Pero nuestra idea es sostener con firmeza este control en las peatonales».
Sobre la realidad de Rosario frente al fenómeno de la venta callejera, el funcionario destacó que «esta ciudad, según Came (Confederación Argentina de la Mediana Empresa), sigue formando parte de las tres o cuatro con menor incidencia de la venta callejera, y eso obedece a un trabajo con mucho esfuerzo, disposición de recursos y la colaboración de la Policía».
Zignago admitió que «muchos comerciantes estaban pidiendo este tipo de controles», y recalcó que «en este caso todos deben entender que el cumplimiento de las reglas es lo que garantiza un nivel de convivencia aceptable en la sociedad».
Y contó: «Muchas veces, quien tiene que tomar una decisión se ve afectado porque aparecen actores que interpretan que defienden alguna situación de vulnerabilidad, y en realidad lo único que hacen es defender una situación de irregularidad. Hay que entender que la norma es el elemento básico de la convivencia, y debe ser respetada».
Para comprender la cadena en la que se inscribe la venta callejera, Zignago señaló que «muchas veces los manteros son el último eslabón de una larga cadena que afecta claramente lo que es la seguridad pública, en la ciudad y en todo el país. Que incluye desde la mano de obra esclava del que produce la mercadería que se vende hasta los circuitos de comercialización, que aprovechan estos estados de necesidad y terminan usurpando el espacio público para tener un beneficio».
Hay sólo 45 puestos autorizados en el microcentro
De acuerdo a los datos oficiales brindados por la Secretaría de Control y Convivencia Urbana, en la ciudad existen unos 400 vendedores ambulantes que están autorizados por la Municipalidad. Más específicamente, en la zona de las peatonales San Martín y Córdoba, junto a algunas instalaciones ubicadas en calles cercanas, están dispuestos 45 puestos que cuentan con la venia oficial. Más allá de los situados en las dos peatonales, hay vendedores que cuentan con el aval de la Municipalidad y están dispuestos en calles transversales como Sarmiento y Entre Ríos, y además están por San Luis y Rioja, sobre todo cerca de la esquina de San Martín.
«Esos puestos tienen la autorización de la Municipalidad. Por suerte, en estos momentos, con la rediagramación de los operativos, estamos en condiciones de garantizar el control en toda esta zona estratégica del comercio en la ciudad», apuntó Zignago. (La Capital)