El ministro de Agricultura dijo que «no se entiende el sentido de la protesta» del campo
El ministro de Agricultura, Julián Domínguez, criticó hoy el paro dispuesto por la Mesa de Enlace y dijo que «no se entiende el sentido de esta protesta» pues «el cese de comercialización perjudica al productor que necesita vender» su producción.
Mi tarea como ministro es que al productor y a la cadena de los agronegocios les vaya bien, y si hay dificultades, trabajar para resolverlas», dijo Domínguez en declaraciones a Radio Provincia.
A su juicio, «acá no se discute la rentabilidad del productor, porque tenemos precios internacionales y el productor tuvo rentabilidad», por lo cual «no le encuentro sentido a la protesta».
«Desde la cartera a mi cargo se pudo cumplir con el propósito de salir del monocultivo y promover la rotación del suelo. Este era un viejo reclamo del sector, que pedía que se generen las condiciones para sembrar trigo y maíz», planteó.
Agregó, en este sentido, que «por suerte pudo hacerse y tuvimos un nivel de cosecha casi histórico, lo que es bueno en términos de alentar una política de rotación de suelo y de cultivos y de promover alternativas que le permitan al productor generar más rentabilidad».
Domínguez manifestó que «siempre digo que si tiene cabeza de chancho, cola de chancho y cuerpo de chancho es un chancho» y agregó que «no se entiende el motivo de esta protesta, si la necesidad es vender».
Por su parte, el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Hugo Biolcati, reconoció que el paro «es una medida simbólica de impacto político».
En declaraciones a radio Continental, dijo que la medida de fuerza «al gobierno le significa una señal importante de cuál es el descontento de los productores por las medidas que ha tomado, hace cinco años que viene tomando en perjuicio de la comercialización de trigo».
En tanto, el titular de Coninagro, Carlos Garetto, sostuvo que «el productor quiere vender el trigo al precio que realmente corresponde y cumplir con los compromisos» y calificó al cese de comercialización como «una advertencia hacia el Gobierno».
Desde la Federación Agraria Argentina (FAA) su titular, Eduardo Buzzi, aseguró que el paro «termina el domingo que viene» y «no va haber faltante de nada».
Con una visión crítica de esta medida de fuerza, el jefe del bloque oficialista de la Cámara de Diputados, Agustín Rossi, afirmó que el cese de comercialización tiene «características más políticas» que de reclamo por una «reivindicación o el logro de una mejora concreta».
«Nosotros coincidimos con el sector en cuanto a que el productor (de trigo) tiene que cobrar el Fas Teórico y tomamos las medidas para que esto sea así», dijo Rossi sobre la diferencia entre ese precio y el menor que realmente pagan exportadores y molinos, entre otros compradores, a quienes producen el cereal.
En declaraciones radiales, el legislador mencionó políticas del gobierno nacional orientadas a asegurar ese precio, como «liberar el resto del saldo exportable y créditos a tasa cero para que los productores de trigo no tengan que mal vender» su cosecha.
El legislador afirmó que el Ejecutivo fija cupos de exportación para proteger el consumo interno pero no para «perjudicar al productor» o desalentar la siembra de trigo.
Finalmente, el diputado nacional del Frente para la Victoria, Carlos Kunkel, cuestionó la representatividad de la Mesa de Enlace al indicar que «no hay que decir `el campo´» porque Hugo «Biolcati vive a tres cuadras de la Quinta de Olivos» y «los dirigentes de la Sociedad Rural no viven en el campo».
Kunkel pidió que «dejemos de hablar de entelequias, de entidades, es la Sociedad Rural Argentina, la que decide, la más rancia oligarquía».
Respecto de las malas condiciones de trabajo, Kunkel cuestionó que desde la Mesa de Enlace «digan que es exclusiva responsabilidad del gobierno» porque «nosotros hace siete años que estamos en el gobierno y esa explotación salvaje viene de muchísimo antes y ellos representan a quienes la ejercen».
Recordó que, «de hecho, cuando Biolcati fue a la reunión con el Ministro de Agricultura se negaron a hablar de la forma en que se regula el trabajo en el campo».