La historia de nunca acabar. Parte 2: «Los hombres del oeste que vivían sin agua en verano»

Días pasados nos referíamos a la penosa situación energética de la ciudad con cortes de luz programados o (no programados) a la orden del día. Hoy daremos cuenta de otro flagelo en materia de servicios que azota sin tregua a los -a esta altura- resignados e impotentes ciudadanos rosarinos: la falta de agua para llevar a cabo las actividades más elementales de la vida humana.

Esta vez, los obligados protagonistas son los vecinos de la zona oeste de la ciudad, con más precisión, los habitantes del humilde barrio La Quinta, aledaño al barrio Toba; asimismo como dos asentamientos irregulares cercanos, que desde mediados del año anterior vienen sufriendo inconvenientes con el suministro de agua potable, situación que en la realidad se plasma en interrupciones constantes del vital servicio. El número de perjudicados, alcanza la cifra poco satisfactoria de 5.000 personas.

Las causas de esta lamentable experiencia, son atribuidas por los lugareños a un hurto de partes de una bomba que tiene como función mezclar aguas provenientes de pozo y red, localizada en Maradona y Roullón, acaecido en el trancurso del último invierno.

Luego de ese desafortunado episodio, habitual en la realidad dominada por la inseguridad en la que vivimos, que no guarda clemencia, ya no solo por la propiedad privada; sino por aquello más inimaginable perteneciente a lo público y por ende a los rosarinos, fueron elevados los reclamos correspondientes a Aguas Santafesinas Sociedad Anónima (ASSA).

Desde el organismo oficial, si bien reconocieron este acontecimiento, minimizaron el problema. indicando que actualmente la bomba en cuestión se encuentra en funcionamiento. No obstante, la entidad envía dos o tres camiones cisterna por día para tratar de cubrir los claros que deja la intermitente provisión de agua, lo que constituye una forma solapada de admitir la existencia de inconvenientes en el servicio. Pese a esto, la demanda del esencial líquido no ha podido ser cubierta, acentuándose la carestía del mismo durante la madrugada, momento del día en el que no sale ni una mísera gota de las resecas canillas.

Sería bueno que las autoridades tanto municipales como provinciales, dado el carácter estatal de la mencionada empresa a cargo del suministro, brinden de una buena vez una solución estructural a los clientes, y no atinen solamente a ensayar paliativos de momento improvechosos en el largo plazo. Es preciso realizar las inversiones necesarias para poner coto al mal funcionamiento del sistema de provisión de agua; acción que sería pertinente también para el vapuleado sistema energético provincial.

Los usuarios afectados, parecerían estar asistiendo a la filmación de un largometraje de ciencia ficción que los tiene como actores estelares y que podría titularse, apelando a un sarcástico ejercicio imaginativo: «Los hombres del oeste que vivían sin agua en verano».

Es de esperar que la administración a cargo de la provincia dedique más horas y dinero a amenguar la aridez del destino de potenciales votantes, realizando obras reales -no virtuales-, y menos a desarrollar campañas políticas con el afán de atraer,  justamente, nuevos peces electorales; que a la sazón se convertirán en pescado. Hay que empezar por donde se debe empezar señores, el principio; pues la gente dejó de comer vidrio hace mucho pero mucho tiempo.

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Antonio Abbatemarco

Director de Cuna de la Noticia