Eduardo Martín: “El problema social no se ha encaminado”
Con motivo de la celebración de Semana Santa, el arzobispo de Rosario, dio su mensaje para estas Pascuas y se refirió a la importancia de esta fecha. Además, instó a la dirigencia política a “llegar a acuerdos y encontrar caminos comunes”.
“No es fácil, nadie tiene la receta mágica, hay que llegar a acuerdos y consensos y encontrar caminos para poder transitarlos”, sostuvo monseñor Martín. “Las próximas elecciones están tiñendo las discusiones” y los dirigentes “están viendo quién tiene razón sin importar las ideas o las propuestas o ver cómo pueden juntarse, tratar de encontrar caminos comunes”.
Para Martín “nos está faltando eso”. Y agregó que “dejamos de lado las necesidades de la gente y sólo se discute en función de quién va a ganar, quién tiene la razón”. En esa línea, el prelado convocó a la dirigencia política a “ver cómo pueden juntarse” en pro de “encontrar caminos comunes” que permitan brindar soluciones a los problemas de la ciudadanía.
“Estos días debemos dejar entrar la misericordia de Dios en nosotros, reconociendo nuestro mal. Recibir el perdón de Cristo es recibir todo el poder de su pasión, muerte y resurrección, porque el perdón no solamente mata el pecado sino que nos hace renacer una vida nueva en esta tierra”, manifestó.
—¿Cómo ve al gobierno actual?
—El problema social no se ha encaminado, las mismas estadísticas que da el gobierno lo indica en materia de pobreza y de inflación. Hay índices de alguna recuperación en sectores pero no en todos. Es un camino difícil. Hay una disputa política frente a las próximas elecciones que está tiñendo las discusiones, están viendo quién tiene razón sin importar las ideas o las propuestas o ver cómo pueden juntarse, tratar de encontrar caminos comunes. El pueblo le dio la potestad a este gobierno y hay que ser respetuosos para que llegue a buen puerto. Nadie tiene la receta.
—¿Qué significado tiene la Pascua?
—Los cristianos celebramos la Semana Santa y fundamentalmente el trigo pascual. Este viernes celebramos la última cena de Jesús, que nos dejó el sacramento de la comunión, el sacerdocio y el amor fraterno como mandamiento. Hoy celebramos la pasión y muerte de nuestro señor Jesucristo, que dio la vida por nosotros para salvar a los hombres y el domingo es la resurrección, vencido el pecado y la muerte. La Pascua es un anuncio de libertad porque Cristo nos libera del error. Necesitamos saber quiénes somos, hacia dónde vamos, estamos en un camino que nos lleva a la felicidad y eso significa estar libre del error.
—¿Esta celebración es un paso hacia Dios?
—Es el paso hacia Dios si lo dejamos entrar en nuestras vidas: así podemos experimentar que nos cambia de raíz, genera la posibilidad de una sociedad mejor en esta tierra, en medio de las dificultades, de las contradicciones. Si dejamos pasar a Dios por el corazón, por la vida de nuestras familias, de nuestra ciudad, se generará una humanidad distinta. No mirar al otro como un enemigo, tener una mirada distinta no significa el enfrentamiento y también mantener una dialéctica que no mate.
—¿Hay egoísmo en nuestra sociedad?
—Tenemos que empezar a descubrir el don del otro con más profundidad. De hecho, nuestra patria nació hace 200 años, tenemos una Constitución, un sistema democrático. Después de mucha sangre, hace más de 30 años que encontramos un camino ancho pero muchas veces hacemos prevalecer el enfrentamiento. Tenemos que ir hacia un camino de comunión, de verdad, una justicia que funcione mejor y una equidad en las relaciones.
—¿Cuál es la mejor manera de celebrar la Pascua?
—Participar del Vía Crucis, de peregrinaciones, vivir estos días con gestos de reconciliación, confesarse para recibir el perdón de Dios, visitar a algún enfermo, socorrer a alguien necesitado y salir de nosotros mismos. Son momentos de piedad popular que nos ayudan mucho en renovar nuestra vida para vivir un amor al prójimo más encendido y solidario. El domingo de Pascua debemos aprovechar para dar gracias a Dios porque nos dio la salvación.
—¿Qué mensaje le deja a la sociedad?
—Hay que dejar que Cristo pase por nuestras vidas y experimentar la potencia de su resurrección en la vida de cada uno, de cada familia y de nuestra sociedad, el tiene poder. Siempre rememoro una frase: «¿Y si probamos con Dios?»”. (Notiexpress)