Crisis en Venezuela y Paraguay
Al momento de iniciar esta columna, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela, dio marcha atrás y suprimió dos puntos de las sentencias por las que asumía las competencias del Parlamento de mayoría opositora.
De esta manera, la TSJ devolvió sus poderes a la Asamblea Nacional luego que, el miércoles pasado asumiera las competencias de dicho organismo legislativo, razón por la cual el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro denunció un “autogolpe de Estado”.
Ya la fiscal Luisa Ortega Díaz enunció públicamente que la sentencia del TSJ era “una ruptura del orden democrático constitucional”, mientras que eol Consejo de Defensa exhortó a revisar las sentencias.
Obviamente, el Ejecutivo venezolano debió ceder a parte de su intención de controlar la oposición por medio de lo que se dio en llamar “El Madurazo”, cuyo objetivo, de máxima, era tener el control total administrativo del Estado venezolano, a través de la fuerza en todo sentido, ya que hasta se agredió al periodismo, como en el caso de Evangelina González, de Radio Caracol, la que luego de ser rodeada por militantes de Maduro, recibió una fuerte golpiza, fue arrastrada de los cabellos por la vía pública y luego detenida.
Los presidentes de México, Chile –Enrique Peña Nieto y Michele Bachelet-, entre otros, salieron a defender la necesidad de mantener las libertades y el orden constitucional en Venezuela.
En Paraguay también se cuecen habas
“No debemos permitir que unos bárbaros destruyan la paz, la tranquilidad y el bienestar general del pueblo paraguayo”, señaló en un comunicado el presidente de Paraguay, Horacio Cartes.
Lo hizo tras pedir la calma a la población luego de una jornada de violencia que culminó en el vandalismo e incendio de la sede del Congreso.