Una máquina destruirá 10 millones de billetes de 100 pesos por día
Funciona en la Casa de la Moneda pero la compraron los bancos. Los «Roca» son un problema: hay 4.500 millones de papeles.
Una nueva máquina que comenzó funcionar en la Casa de la Moneda será capaz de destruir 10 millones de billetes de 100 pesos por día, sacando de circulación dinero en efectivo por unos 1.000 millones de pesos diarios.
El aparato fue adquirido por un grupo de bancos privados para tratar de solucionar los problemas operativos (y de costos) que les genera el manejo de tanto dinero en efectivo.
Tanto el traslado de toneladas de papel como su almacenamiento físico representa un incordio para las entidades, que decidieron financiar la adquisición de la máquina dado que el proceso licitatorio del Bcra (Banco Central de la República Argentina) se demoraba más de la cuenta.
La máquina puede destruir hasta 600.000 billetes por hora, un salto importante con relación a la anterior que destruía no más de 80.000 billetes por hora (siete veces menos).
En manos del público y de los bancos hay 6.421 millones de billetes de distinta denominación. Los de 100 pesos son mayoría y representan alrededor del 70 por ciento del total, unos 4.500 millones de papeles en circulación.
Estos billetes acumulan un fuerte deterioro y hace tiempo que la mayoría tendría que haber salido de circulación. Las entidades financieras además tienen problemas porque al estar muy gastados o rotos muchos de ellos ya no están en condiciones de ser puestos nuevamente en circulación a través de cajeros automáticos.
El objetivo de los bancos es enviar lo más pronto posible los viejos billetes a la destrucción y que el Banco Central les deposite electrónicamente los fondos.
Según el mecanismo vigente, los bancos tienen que identificar los billetes que deben mandar a destruir, empaquetarlos de a millares y enviarlos al Central, que se encarga de llevarlos a la Casa de la Moneda.
Todos perdieron
Salvo las compañías transportadoras de caudales EM_DASHy las imprentas que confeccionan los billetesEM_DASH prácticamente nadie hizo negocio con la prolongada demora de la salida de los papeles de superior denominación como los de 200 y 500 pesos que circulan desde el año pasado.
El gobierno kirchnerista finalizado en diciembre de 2015 se negó a imprimirlos para no tener que admitir la inflación. Eso generó, por ejemplo, que el billete de más alta denominación del país haya sido el equivalente, entre otras cosas, al precio de una entrada al cine.
Hace un año, antes de que salieran la ballena de $200 y el yaguareté de $500, el 92 por ciento de los pesos en circulación estaba en billetes de $100 (hoy, como se dijo, está en el 71 por ciento).
En tanto, los nuevos billetes de 1.000 pesos, según difundió hace poco el Banco Central comandado por Federico Sturzenegger, serán lanzados en noviembre de este año y llevarán como imagen un hornero.
Los billetes de $100, los popularmente llamados «Roca», fueron emitidos por primera vez en 1992 y en ese entonces equivalían a 100 dólares (regía el 1 a 1 de la convertibilidad).
Ahora, ese mismo billete equivale a 6,30 dólares, es decir que perdió más del 90 por ciento de su valor en relación a la moneda norteamericana
Hasta el año pasado, cuando salieron los billetes de 500 y 200 pesos, el de $100 era el de más alta denominación.
Actualmente hay 4.500 millones de billetes de $100, conviviendo los que tienen a Roca y a Evita como imagen. La idea del Bcra es acelerar el reemplazo de los primeros por los segundos, que fueron emitidos por primera vez en 2012, durante la presidencia de Cristina Kirchner.
Este año los problemas relacionados al uso de efectivo prácticamente colapsaron el sistema financiero. El Central se negó a seguir recibiendo billetes por parte de los bancos y les exigió que crearan un sistema de negociación electrónica para pasarse entre ellos los billetes. A principios de este mes se puso en marcha la rueda para el intercambio de efectivo, pero igual el volumen no resulta muy significativo.
Al mismo tiempo, los bancos privados comenzaron a notificar a los clientes que cobrarán 1 por ciento por cada depósito efectuado en efectivo («cash»). La medida iba a afectar exclusivamente a empresas pero finalmente hubo acuerdo con el Central para postergarla por 180 días con el objetivo de encontrar alternativas al manejo de efectivo.
Además de acelerar la destrucción de billetes, hay varias medidas en estudio.
Por ejemplo, una que pretende exigir a los monotributistas que paguen con sistemas electrónicos la cuota mensual.
Otra es que las compañías de cobranza extrabancaria instalen aparatos dentro de los próximos 60 días para que la gente pueda realizar sus pagos con tarjeta de débito, evitando tener que hacer el retiro en efectivo antes.
El Banco Central, por su parte, promete acelerar la salida de billetes de denominación más alta ($200 y $500).
Una de las críticas que se hacen al nuevo esquema ideado por el Bcra es que aún se emiten demasiados billetes de $100 y es escasa la cantidad de los de $200 y $500 que circulan.
Pero al mismo tiempo, el Central acusa a los bancos de «encanutar» los billetes más altos en sus tesoros en vez de ponerlos en circulación, ya que les ocupan menos lugar.
Es por eso que los cajeros automáticos en su gran mayoría siguen despachando billetes de $100 en vez de entregar los de denominación más alta.
fajos. Hace un año los billetes de $100 eran el 92 por ciento del total. Hoy son cerca del 70 por ciento y piensan llevarlos al 20 por ciento. (La Capital)