Habrá plazoleta Sandra Cabrera, a 13 años de su asesinato
La criminalización de la prostitución sigue existiendo. La violencia institucional de las fuerzas policiales sobre las trabajadoras sexuales y sus complicidades con las redes de trata y explotación, también. Sandra Cabrera no.
Fue asesinada de un tiro en la nuca en represalia a la lucha que llevaba adelante para combatir esos flagelos. Su muerte quedó impune. No su memoria.
Mañana, a 13 años de ese femicidio, se inaugurará una plazoleta con su nombre. El lugar elegido, Córdoba al 3600, es más que emblemático ya que en esa zona de la Terminal de Ómnibus Sandra trabajaba y también allí fue hallada sin vida, días después de denunciar la entramada corrupción policial en la recaudación ilegal de la prostitución.
El mes pasado, el Concejo Municipal aprobó un proyecto presentado por los ediles Eduardo Toniolli y Celeste Lepratti que a partir de mañana será realidad: la plazoleta Sandra Cabrera. A las 19 comenzarán una serie de actividades organizadas por el Frente de Unidad Emancipatorio por el reconocimiento de los derechos de los trabajadores sexuales de la Argentina (Fuertsa). En el encuentro estará presente Georgina Orellano, secretaria general de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (Ammar), la murga Okupando Levitas y también se proyectará un fragmento de la película de Lucrecia Mastrángelo Sexo, dignidad y muerte, que reconstruye los móviles del crimen de la trabajadora sexual y dirigente gremial.
Sandra Cabrera fue asesinada el 27 de enero de 2004. Su cuerpo apareció con un tiro en la nuca frente a una vivienda de Iriondo al 600, a dos cuadras de la Terminal de Ómnibus, zona en la que trabajaba. Días antes había denunciado a la Policía por la complicidad en el crimen organizado y la explotación sexual de jóvenes en ese barrio y también había sido amenazada, al igual que su hija Macarena, entonces de 8 años. Desde el primer momento, sus compañeras aseguraron que por eso la mataron. El único imputado en el homicidio fue Diego Víctor Parvluczyk, ex subjefe de Drogas de la Policía Federal en Rosario, pero lo absolvieron por falta de pruebas y en 2007 quedó sobreseído. Las declaraciones en su contra no tuvieron validez para la Justicia por estar en boca de trabajadoras sexuales.
El mes pasado se decidió que la causa no sea archivada, dado que el sistema conclusional está llegando a su fin, gracias al constante seguimiento del expediente judicial por parte de las integrantes de Ammar. Su secretaria general, enterada de las novedades, celebró la noticia como también la importancia que una plazoleta de Rosario lleve el nombre de Sandra Cabrera, a quien no conoció. En declaraciones periodísticas Georgina Orellano la recordó: “Quienes no tuvimos la oportunidad de conocerla también nos vemos reflejadas por la lucha que llevó. Muchas veces hacemos lo mismo que ella hacía, pero nos tenemos que cuidar más a la hora de hacer una denuncia, pagar una coima para poder trabajar, porque quedó el temor de que si nos pasó a nosotras le puede pasar a cualquiera”.
Orellano lamentó además que la muerte de Sandra quede impune ya que “las leyes de nuestro país nos impiden juzgar dos veces a una persona por el mismo delito. Vemos mucha impunidad porque el relato de siete trabajadoras sexuales fue desestimado por la Justicia. Esto nos genera intentar mantener viva su lucha, con las denuncias de la complicidad policial y su intento de desarticular las redes de trata”.
Debate pendiente
Durante el último Encuentro Nacional de Mujeres, que se realizó en Rosario en octubre pasado, Georgina Orellano expuso que el debate sobre el trabajo sexual es uno de los pocos temas que divide a todo el movimiento de mujeres y a las feministas y remarcó la necesidad de crear un marco regulatorio para las trabajadoras sexuales. “El problema de este trabajo es la parte del cuerpo con la que nosotras trabajamos. Porque si yo soy empleada doméstica y exploto mi mano, y gano un dinero a fin de mes con el salario de mi mano y mi frente, y me rompo la espalda ocho horas planchando camisas, no hay ningún problema. Ahora, si yo exploto mi concha y gano dinero con el sudor de mi concha se generan un montón de tensiones. Si seguimos pensando que la concha es sagrada difícilmente vayamos a combatir el patriarcado”, dejó asentado en su disertación.
“La recordarán a ella”
Macarena, hoy de 21 años y madre de dos niños pequeños, tenía ocho años cuando mataron a su mamá. “Me gusta, está bueno que una plaza tenga el nombre de mi mamá. La van a recordar a ella, su nombre no va a quedar en la nada”, dijo la joven a El Ciudadano, al tiempo que lamentó que el crimen haya quedado impune. En ese sentido dijo que sabe que el acusado no puede volver a ser juzgado y que la causa, en la que ella no es querellante, no será archivada.
“Porque su militancia es un ejemplo de lucha”
Algunos de los puntos de la ordenanza 9685, sancionada por el Concejo el mes pasado luego de un proyecto presentado por los ediles Eduardo Toniolli y Celeste Lepratti:
Que Sandra Cabrera luchaba contra la criminalización de la prostitución y contra la violencia institucional de las fuerzas policiales y sus complicidades con las redes de trata y explotación.
Que Sandra Cabrera realizó decenas de denuncias contra la Policía por coimas y presión a sus compañeras y por complicidad con la explotación sexual de menores.
Que los principales sospechosos del crimen de Sandra Cabrera son agentes de la Policía provincial a quienes había denunciado por coimas y vinculaciones con el narcotráfico en la ciudad de Rosario.
Que en 2007 fue sobreseído el único imputado en la causa, el ex subjefe de Drogas Peligrosas de la Policía Federal, Diego Víctor Parvluczyk.
Que su militancia es ejemplo de lucha para muchas organizaciones para seguir marchando junto al resto de la clase trabajadora por un país más justo, igualitario y con derechos para todas y todos. (El Ciudadano)