La Canciller Malcorra llamó a «redoblar» esfuerzos para «profundizar la defensa de la soberanía»
La canciller realizó una histórica visita a la base argentina Carlini, ubicada en la isla antártica de 25 de Mayo y confirmó que el presidente también irá.
En un periplo breve pero desafiante, que incluyó traslados en un avión Hércules de la Fuerza Aérea, en bote gomón y en el buque ARA Islas Malvinas de la Armada, Malcorra se convirtió ayer en la primera canciller argentina en visitar una base antártica de nuestro país (aunque ella misma pidió hacer esta salvedad: el ex ministro Guido di Tella había viajado una vez pero acompañando en comitiva al entonces presidente Carlos Menem).
Durante un contacto con Télam y otros medios que la acompañaron en la visita, la canciller confirmó que el presidente Mauricio Macri «tiene planeado» viajar a alguna base argentina en la Antártida: «No se sabe si vendrá en esta campaña (antártica) o en la próxima. Pero está en su agenda y va a venir, la decisión está tomada».
La base Carlini es una de las 13 bases argentinas en territorio antártico y una de las seis permanentes, pero la única cuya administración depende del Ministerio de Relaciones Exteriores, motivo por el cual fue la elegida por la canciller para realizar la visita.
«Estas es una visita muy especial por lo que Antártida significa para la Argentina. El Tratado Antártico ha logrado un modelo de cooperación científica, dejando bajo un paraguas de reserva cualquier diferendo y confrontación, lo que es algo muy particular de la humanidad. Aquí somos pioneros, llevamos más de cien años de presencia», señaló Malcorra.
Además, llamó a «redoblar los esfuerzos» para mejorar la infraestructura (data de los años ’50), para «mantener nuestra visión y compromiso con la forma en que se encaró el Tratado Antártico».
«Podemos mostrarles a los argentinos que la soberanía se defiende de muchas maneras. En el caso de la Antártida, por ejemplo, se hace a través de la investigación. Sólo si comprometemos trabajo y recursos vamos a poder mantenerlo. Hay que armar un plan para ser consecuentes con lo que hemos hecho hasta ahora, que llevará muchos años, diez, treinta o cuarenta, pero tenemos que ser los pioneros de esos años futuros», enfatizó.
Acompañaron a Malcorra también la directora nacional del Antártico, Fernanda Millicay; el director del Instituto Antártico Argentino, Rodolfo Sánchez; el director nacional de Política Exterior Antártica, Máximo Gowland, el secretario de Logística del Ministerio de Defensa, Walter Ceballos, y el vicegobernador de Tierra del Fuego, Juan Carlos Arcando, entre otros.
En diálogo con Télam, Sánchez sostuvo que «los proyectos hasta ahora no respondieron estratégicamente a los intereses del país, hay un gran número de proyectos que nacieron de los investigadores pero no tuvieron direccionamiento» desde el Poder Ejecutivo.
«Por ello vamos a trabajar en un plan estratégico para redefinir las líneas de investigación. La idea es generar con todos los científicos ese plan, que es incluso una recomendación del Ministerio de Ciencia y Técnica, que hizo una evaluación externa al Instituto Antártico», añadió.
Según explicaron los científicos de Carlini a Télam, esta base -dirigida por el doctor Lucas Ruberto- cuenta con unos 60 residentes permanentes durante la temporada estival (entre ellos una veintena de científicos) y 22 durante el invierno, y suele albergar a varios científicos extranjeros con quienes se comparten proyectos de cooperación, en su mayoría alemanes pero también mexicanos, holandeses y brasileños.
En la Caleta Potter -donde se ubica la Base Carlini-, el día registraba un clima «fuera de lo común», según coincidían los residentes: la isla 25 de Mayo, en el archipiélago de las Shetland, recibió a la delegación de Cancillería con cielo nublado -una resolana que a veces aparecía- y 1 grado, aunque la sensación térmica era de -3.
Malcorra, junto a las autoridades de la Base, todos sus residentes y los funcionarios entonaron el himno nacional y colocaron una placa dorada en la Casa Principal (el edificio más grande de la base), junto a las otras placas de bronce que recuerdan otras visitas o hitos ocurridos en Carlini.
Acortada por el tiempo -la llegada demoró dos horas más por la imposibilidad de arribar en helicópteros que nunca pudieron despegar de Marambio-, Malcorra pasó solo un tercio de las tres horas que tenía previstas para Carlini, aunque allí les prometió llevar a la Casa Rosada algunos pedidos por la infraestructura del lugar.
«No es esta una visita protocolar sino para entender y aprehender lo que les hace falta. Gracias por su trabajo, ustedes son los pioneros de hoy que están en la avanzada de la evolución científica. Hoy más que nunca hay que mirar más de cerca a la Antártida», sostuvo.
A las 15, la ministra partió pero con la promesa de que volverá, en una base que estaba revolucionada por la visita -y la ayuda del clima benévolo-, con el imponente cerro Tres Hermanos que, como un vigía, custodia esta pequeña comunidad que, al decir de uno de sus miembros -la bióloga María Martha Martorell-, representa lo que es la Antártida para el mundo: «Paz y ciencia». (Telam)