Terrícolas en Marte, una «cuchara» en el planeta rojo y archivos secretos del Vaticano sobre Ovnis

El anuncio del gobierno chino de amartizar en zonas poco exploradas de la Luna y de Marte; las imágenes que transmitió el rover Curiosity de una “cuchara” en la superficie del planeta rojo e informaciones clasificadas en archivos de el Vaticano sobre Objetos Voladores no Identificados y la aparición de extraterrestres –que agregamos en este informe-, seguramente aumentarán las expectativas de encontrar indicios de vida en el espacio exterior.

Científicos chinos dejaron trascender a la agencia internacional AP que están trabajando en su propia estación espacial, así como en la pretensión de alunizar en la zona oculta de la Luna e, incluso, pretenden descender en Marte dentro de 4 años.

Ello implica la aceleración del desarrollo de su industria espacial para concretar el objetivo de que China se convierta en el primer país en alunizar en la cara oculta del satélite terrestre para 2018.

La estrategia china consiste en explorar el vasto cosmos, desarrollar la industria espacial y convertir a China en una potencia espacial con fines pacíficos “para garantizar la seguridad nacional”, así como para realizar investigaciones científicas innovadoras con el respaldo del Ejército, permitiendo ello avances constantes en un tiempo comparativamente corto.

Ya China, vale apuntarlo, lanzó su primera misión tripulada en 2003, concretó su primera caminata espacial y alunizó en 2013.

El mes pasado, dos astronautas regresaron de una estancia de un mes a bordo de la estación espacial experimental Tiangong 2, la sexta misión tripulada china y la más larga. La estación orbital permanentemente habitada va camino de comenzar a operar en el plazo de seis años y está previsto que el proyecto se extienda al menos una década.

El Libro Blanco, una especie de documento madre a través del cual China da a conocer sus adelantos espaciales, apuntó que explorará y traerá a la Tierra muestras de Marte, a la vez que analizará el sistema de Júpiter, a la vez que “conducirá investigaciones sobre ciencia, específicamente acerca de la evolución del Sistema Solar y la búsqueda de vida extraterrena”.

El documento chino también subrayó que “La sonda lunar Chang’e-4 ayudará a arrojar luz sobre la formación y evolución de la Luna.

La “cuchara marciana”

Quienes se interesan en la posibilidad de vida en Marte expresaron su satisfacción sobre las recientes imágenes del planeta Marte –divulgadas por la Nasa-, que muestran un objeto con forma de cuchara en la superficie del planeta de tierra roja.

Las fotos se expusieron en el sitio oficial que sigue la misión del Curiosity. Vale aclarar que ésta no la primera vez que el rover ha encontrado un presunto utensilio, el que más que una cuchara parece un “cucharón para revolver polenta”.

Otras misiones también habrían hallado objetos que aparentaban ser guantes o anillos, como en el 2015, cuándo otra “cuchara” despertó en la NASA una reacción similar.

En el 2015 se descubrió por primera vez la existencia de agua en estado líquido en el planeta que nos ocupa, alimentando las teorías de existencia de vida marciana.

Archivos desclasificados

En los archivos del Vaticano habría informes clasificados sobre la existencia de OVNIS e, incluso, sobre la presunta aparición de extraterrestres.

Las versiones, sobre las que avanzamos, se expandieron luego de que se conociera, mediante declaraciones de ufólogos, que la KGB había logrado infiltrar un agente, el que habría logrado establecer que se habían producido casos como los enunciados en la por entonces Unión Soviética.

Incluso, cuando se produjo una de las temidas y amplias “purgas” de disidentes de Stalin en dicho territorio, el espía, presuntamente de apellido Kirov, fue derivado a “un campo de trabajo”, tras la denuncia vaticana.

El manuscrito revelador

El espía ruso habría detectado un manuscrito antiguo en el sector secreto de la biblioteca, a la que accedió con autorización vaticana para estudiar las referencias que se hacían en el documento a “contactos con otras civilizaciones llegadas del espacio”, por parte de habitantes de Egipto e Israel.

Dicho manuscrito contaría con referencias a pirámides que se utilizaban como construcciones para generar energía y que estudiosos del fenómeno OVNI afirman que están esparcidas por todo el planeta Tierra, siguiendo determinados parámetros que por ese entonces, indubitablemente, eran desconocidos para la civilización egipcia.

Incluso, trascendió, en el manuscrito y en otros archivos, se hacen descripciones de los “visitantes” del espacio.

Curiosamente, el investigador Nicolás Teodorov, años más tarde enfatizó sus posiciones acerca del origen de “las civilizaciones provenientes del espacio”. Es más, Yuri Gagarin, el primer astronauta ruso en circunvalar la Tierra, en 1961, ya mencionaba que “el destino del hombre es regresar a las estrellas”.

Matest Mendelevich Agrest (20/07/1915-20/09/2005), en 1961 afirmó que el gobierno ruso se esforzaba por reprimir sus teorías, en razón que algunos de sus artículos estaban dedicados a la cuestión de los paleocontactos –contactos de seres inteligentes extraterrestres con la Tierra-.

Su artículo fundamental “Astronautas de Yore” y también “Astronautas antiguos”, publicado en 1961, en Moscú, fue traducido a muchos idiomas. Se dice que Agrest fue el primer científico en avanzar en la teoría de que la Tierra fue visitada en tiempos prehistóricos por seres inteligentes del espacio exterior[1].

Agrest escribió más de 100 artículos científicos y cinco monografías sobre matemáticas, física y astronomía. En un trabajo de 1959 expuso que “el megalítico de terrazas de piedra en Baalbek fue utilizado como un lanzador de naves espaciales” y que “la destrucción de la bíblica Sodoma y Gomorra fueron el resultado de una explosión nuclear extraterrestre”.

El científico que nos ocupa fue el inspirador de Erich Von Däniken, quien popularizó en décadas posteriores la idea de los antiguos astronautas.

El Arcain

En el norte de Kazajistán, -69 años después de la intromisión secreta rusa en los archivos del Vaticano (1987),algunos afirman que con autorización papal-, es hallado el que se denominaría El Arcaín, considerado un observatorio astronómico, compuesto de paredes circulares, luego considerado el Stonehenge ruso.

Quienes los construyeron expusieron su peculiar fascinación por las estrellas. Al círculo externo se le agregaba otro interno, rodeado, a su vez, por un tercer círculo. Expertos en el tema entendieron que la pretensión del o los constructores fue el de representar el Universo en pequeña escala.

Las indagaciones complementarias permitieron establecer la detección de anomalías magnéticas y hasta algunos científicos especializados en temas espaciales rusos consideran a la zona como un vórtice[2] en la tierra.

El Arcain medía los solsticios y equinoccios e incluso hasta se había erigido en el mismo, la estatua de un hombre mirando al cielo.

“Resortes” en los Urales

En la zona de los Montes Urales, la cordillera que recorre de norte a sur Rusia, se detectaron visualmente “naves” con forma de cigarro y geólogos hallaron, cerca de los ríos, a nueve metros de profundidad, una especie de “resortes” y fragmentos de metales de diez millonésimas de centímetro, -los que fueron considerados manufacturados a base de tungsteno, que se utiliza actualmente en misiles-, así como de otros minerales con los que hoy se fabrican, con la aplicación de tecnología avanzada, chips de computadoras y espirales mineralizados.

Evidentemente, los elementos hallados bajo el agua de los ríos, eran propiedad de una civilización avanzada en el tiempo en el que se erigió El Arcain.

La prohibición

En este camino que hemos comenzado a desandar respecto del interés de científicos rusos por la aparición de OVNIS tuvo un pico de “apariciones inexplicables” el 10 de noviembre de 1967, sobre el cielo de Moscú.

Ese día se reportaron numerosos avistamientos y, en principio, el gobierno ruso autorizó el relato de los mismos a nivel mundial. Pero rápidamente, al advertir que no tenía control sobre el espacio forzó la cesación de la información y, a partir de esa experiencia traumática comenzó la KGB a monitorear las tareas científicas sobre el fenómeno antes aludido.

La respuesta de los científicos no se hizo esperar: comenzaron a escribir sus informes utilizando claves hasta fines de la década del 70.

Parece ser que a los “extraterrestres” esto no los amilanó y en 1977 fue detectado por la población, durante cinco minutos un objeto no identificado y tras ello, como si fuera una señal, por las siguientes cuatro horas se dejaron ver OVNIS en la totalidad del territorio ruso.

El ex cosmonauta y capitán general Pavel Popovich, quien fue puesto al frente de un grupo de investigaciones terminó admitiendo: “Las naves extraterrestres, en función de las indagaciones que mi equipo llevó adelante, parten desde tres bases submarinas”.

El propio Popovich avistó junto a ciudadanos rusos una nave madre tan grande como un estadio de fútbol y para confirmar sus dichos, fueron encontrados restos de un OVNI semienterrado en territorio ruso.

No quiero concluir esta columna –a la que seguirán otras-, sin dejar de mencionar al jesuita Conrado Balducci, quien comentó que “su experiencia le decía que la presencia de seres inteligentes en el Cosmos era “inevitable”. Hablaba no sólo como hombre de la Iglesia y lo hacía en su carácter de experto en demología afirmando públicamente que “debemos enfatizar que los encuentros con extraterrestres NO son demoníacos, estos NO son debido a deterioros psicológicos, estosNO son un caso de posesión de entidades. Sin embargo estos encuentros merecen ser estudiados cuidadosamente”

[1] Agrest nació en Mogilev, Bielorrusia y se graduó en la Universidad de Leningrado (actualmente San Petesburgo) en 1938 y recibió su doctorado en Física y Matemáticas en 1946. En 1970 ocupó la jefatura del laboratorio de la universidad. En 1992 se retiró y emigró con su esposa Riva a Charleston, Carolina del Sur, Estados Unidos. Hacemos mención de este científico debido a que no era un improvisado fanático de teorías no comprobables sobre la existencia de ovnis, sino, por el contrario, e autor de la Teoría de las Funciones Cilíndricas Incompletas y sus aplicaciones, en coautoría con Michail S. Maksimov, en 1971.
[2] Torbellino. Remolino. Cuerpo central de un ciclón.

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Ricardo Marconi

Licenciado en Periodismo. Posgrado en Comunicación Política. rimar9900@hotmail.com