El vicepresidente de Newell’s, Cristian D’Amico, denunció nuevas amenazas
El dirigente leproso recibió llamados telefónicos para que renuncie a su cargo. Hace tres semanas lo atacaron a tiros.
Lamentablemente las noticias policiales siguen lastimando a Newell’s. Otra vez la víctima fue el vicepresidente Cristian D’Amico, que hace un par de semanas había sufrido un atroz ataque a balazos contra su vehículo, cuando iba acompañado por su pequeño hijo. Ahora el directivo recibió amenazas telefónicas en sus locales comerciales, donde le exigieron que de un paso al costado en el club, algo que ya estaba evaluando tras la balacera que sufrió en su camioneta.
D’Amico estuvo algunos días de licencia y alejado de su función. El atentado a balazos que sufrió hace tres semanas cuando viajaba en su camioneta rumbo a su domicilio junto a su pequeño hijo, a quien había pasado a retirar minutos antes por el predio de Malvinas, donde entrenan las divisiones infantiles de la Lepra, conmovió al directivo que se tomó un tiempo para evaluar los pasos a seguir en su cargo en el club. Pero ahora se suman estos llamados extorsivos que no hacen más que evidenciar que los violentos están dispuesto a todo y por ahora no se logra dar con los responsables de los ataques.
Tras el atentado a tiros, el jefe de la Policía de Investigaciones (PDI), Daniel Corbellini, había manifestado que el ataque sufrido por el vicepresidente de Newell’s no fue un intento de amedrentamiento, «fue directamente hacia su persona» y que la vida del dirigente «corrió serio riesgo». Por eso le fue asignada una custodia de la tropas de operaciones especiales.
«La casualidad hizo que no haya otro resultado que hoy estaríamos lamentando aún más. Disparar con un arma de fuego hacia un vehículo, hacia la humanidad de la persona que conduce, más su hijo que iba adentro, eso no es para amedrentar. Fue un ataque directo hacia la humanidad de D’Amico», había señalado el funcionario policial.
Ahora, según fuentes judiciales, D’Amico denunció en el Ministerio Público de la Acusación que recibió dos llamadas telefónicas que atendieron allegados a él en los locales comerciales que posee. Y le exigieron que renuncie a su cargo de vicepresidente en la comisión directiva del club del Parque.
En este escenario el directivo puede evaluar seriamente dar un paso al costado. Este hecho no hace más que evidenciar el poder extorsivo de los barras. (LaCapital)