La carrera electoral y el fragmentado sistema político santafesino

Sabemos que un rasgo distintivo de los nuevos procesos políticos está marcado por lo que se dio en llamar crisis de representación, ésta se manifiesta por una disfunción en el vínculo entre el representante y los representados. Situación que no solo afecta a nuestra política sino que es un fenómeno a escala internacional.

Como causa o efecto de la crisis de representación, depende como lo observemos, los partidos políticos también se encuentran inmersos en sus propias crisis. Los antiguos partidos de masas propios del siglo XX ya no son tales, y es difícil o mejor dicho imposible tratar de pensarlos en esa vieja lógica. Hoy asistimos a la fragmentación de tales partidos políticos, tantos los históricos, llamémosle radicalismo y peronismo, como los de nueva data.

La Provincia de Santa Fe es un ejemplo de esta fragmentación. El justicialismo provincial que supo mantener el reinado y a su electorado cautivo durante dos décadas hoy no logra posicionar un candidato que articule y aglutine a los distintos sectores.
Con la venia nacional el chivo Rossi representa una alternativa. El Reutemismo por el momento se encolumna detrás del presidente del partido Ricardo Spinozzi, a la espera claro está, de la decisión del “gran elector” Carlos Reutemann que puede cambiar el mapa de la provincia de Santa fe dependiendo si va a jugar a nivel nacional o provincial. Pero en el espacio del peronismo federal también espera su turno la candidatura del diputado nacional Daniel Germano.

Por su parte el obeidismo se encuentra agazapado, esperando la decisión del Lole, y saben que la figura de Obeid está instalada en la sociedad y que su imagen podría ser polo de atracción de distintos sectores del peronismo.

A su vez se presentan como alternativa el ex candidato a gobernador y otrora ex canciller Rafael Bielsa, que al parecer, todavía no ha sido puesto en consideración dentro del armado del Kirchnerismo provincial; el varias veces Intendente de Rafaela Omar Perotti, Juan Mercier, y el también de extracción peronista Cachi Martínez.

A medida que avanza el verano la temperatura sube cada vez más y por el lado del Frente Progresista la interna está que arde, Binner intenta que el “binnerismo” siga gobernando por eso ya lanzó la candidatura de su delfín político Antonio Bonfatti. Aunque el Giustinianismo (sector histórico enfrentado a Binner) ya hizo conocer la candidatura del Senador Nacional y dejaron en claro que es imposible bajarla – según propias declaraciones del Diputado Provincial Di Pollina-.
Por su parte las intenciones del intendente rosarino Miguel Lisfzchift a la Casa Gris parecen quedar en medio de la balacera de la interna mencionada, y parece difícil que sobreviva en ese escenario.

El radicalismo por su parte le muestra su espada a sus aliados socialistas y pide pista con la candidatura del Intendente santafesino Barletta. La Coalición Cívica va con candidato propio: Carlos Comi, y así sucesivamente con los demás partidos provinciales, hasta escuchar por ejemplo la candidatura a gobernador del radical Changui Cáceres. Todavía no se conoce la posición de Proyecto Sur pero aparentemente iría solo, por fuera del Frente Progresista.

En Rosario la situación no dista mucho, Rosario Federal va con Diego Giuliano a la cabeza e intenta un esquema de alianzas con otros sectores afines. El Kirchnerismo apuesta al incansable tigre Cavallero y se refugia en sus agrupaciones tradicionales. Mientras que el Frente Progresista tiene candidatos por doquier, para tirar para arriba, reproduce la interna Binner – Giustiniani, con candidatos como el Pte. del Concejo Miguel Zamarini, Lamberto, el propio Miguel Lisfzchift, también se escucha la candidatura de Horacio Ghirardi, Clara García, etc.
La CC presenta su propio aspirante: Pablo Javkin. El radicalismo al Concejal Boasso, y así sucesivamente.

La lista parece ser innumerable, todos juegan y se posicionan de cara al fín de la presentación de las candidaturas allá por el mes de febrero.

Lo que queda en claro es que Santa Fe está inmersa en este proceso de fragmentación del sistema político que antes mencionábamos. Hay una carencia alarmante de referentes políticos que puedan movilizar a los ciudadanos y mas aún articular a los distintos sectores políticos y asociaciones de la sociedad civil.
Seguramente esta gran lista de candidatos irá decantando luego del cierre de listas, pero igualmente no tapará el sectarismo existente y la crisis de representación.

La llave de la próxima elección parece estar justamente aquí. Los sectores que superen éstas carencias y logren articular proyectos comunes se alzarán con la victoria. Lo deseable sería que esta articulación gire alrededor de ideas y de un imaginario político común. No de la especulación y el oportunismo.