Harto de la violencia, el público de Newell’s cantó contra la barra brava

Otro clásico empañado. Por la ida de los cuartos de final de la Copa Santa Fe, Newell’s recibió a Rosario Central en el Coloso del Parque, sin hinchas visitantes y con formaciones alternativas, con mayoría de jugadores de reserva. El encuentro terminó sin goles, pero la violencia volvió a decir presente: en dos oportunidades, el árbitro Silvio Trucco tuvo que detener el encuentro por diferentes incidentes.

La primera fue antes de comenzar el segundo tiempo y se produjo por corridas y disturbios entre los hinchas de Newell’s. A pesar de que se dispuso el derecho de admisión y que el operativo policial contó con 750 efectivos policiales, barras de la Lepra habrían mostrado armas de fuego en la popular, en medio de una interna por disputas de poder.

Ante esta situación actuó la policía rosarina y decidió abrir el ingreso a la platea, para que los simpatizantes que quedaron en el medio de la supuesta disputa de la barra pudieran escapar de la zona. La segunda medida fue instalar un cordón policial detrás del arco para brindar las garantías para que el partido pudiera seguir.

Tras la reanudación, Trucco volvió a frenar el encuentro cuando estaba llegando a la media hora del segundo tiempo. Esta vez, por distintas personas que estaban subidas al alambrado. Allí, todo el estadio reaccionó en contra de la barra y se unió en un mismo grito: «Que se vayan todos, que no quede, ni uno solo». Los incidentes no pasaron a mayores y el partido finalizó.

La vuelta del clásico se disputará el próximo domingo en Arroyito a las 15.30 y el ganador jugará la semifinal ante Central Córdoba o Sportivo Las Parejas. En tanto, el único clasificado a semifinales es Unión de Sunchales, que eliminó a Atlético Rafaela, y espera por Unión o Colón, clásico que se postergó y aún no se sabe cuándo se jugará. (La Nación)

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