Multitudinario festival por el Día de los Derechos Humanos
Una breve actuación de Charly García clausuró hoy a la 1 el multitudinario megashow por la democracia y los derechos humanos tras 10 horas de música sobre un escenario montado en la entrada de la Casa Rosada y de cara a la Plaza de Mayo.
Una tormenta de fuegos artificiales y una lluvia de papeles se desataron inmediatamente después de que García y su banda, en una presentación que quedará en la historia de su brillante trayectoria por su compromiso más que por su valor artístico, hicieran su versión del Himno Nacional Argentino, cuarta canción del recital.
“Qué lindo sería escucharme”, deslizó quien fuera mentor de las bandas Sui Generis, La Máquina de Hacer Pájaros y Serú Girán, a las 0.30, sentado frente a su teclado y antes de entonar “Demoliendo hoteles”.
“Hoy vamos a tocar rock”, anunció al filo de “Cerca de la revolución”, enseguida presentó a Gustavo Santaolalla y León Gieco (dos de los músicos presentes a lo largo de todo el domingo) para “El fantasma de Canterville” y se despidió con el Himno.
Como prólogo a Charly y en el tramo final de una jornada que el grupo roquero Pier inauguró a las 14.50 del domingo, la banda urbana puertorriqueña Calle 13 exhibió todo su rabioso testimonio.
Residente (apodo de René Pérez Juglar), cantante y líder del grupo, salió en cueros y usó su piel como pancarta: en su panza se leyó la leyenda “Tierra, Pan, Trabajo” y en su espalda “Justicia para Mariano Ferreyra, Tobas y V. Soldati”.
A lo largo de un enérgico concierto atravesado por canciones como “Nadie como tú”, “Vamos a portarnos mal” y “Calma pueblo” que Residente cantó junto a su hermana Ileana Cabra, también denominada «PG-13», el músico se mostró dispuesto a decir lo suyo porque, subrayó, “no vine acá a caerle bien a nadie; estoy ejerciendo mi derecho en todo mi derecho”.
Quizás por eso, bramó: “me sorprende que no hayan dicho nada aquí del asesinato de dos hermanos tobas” y también “ojalá mi patria sea libre e independiente algún día”, en referencia la condición de Puerto Rico como «estado libre asociado» de Estados Unidos.
Ignacio Copani, César Isella, La Chilinga, Los Olimareños, Leo García, Mavi Díaz, Laura Ros, Kevin Johansen, Teresa Parodi, Víctor Heredia, Vicentico y varias murgas porteñas que saludaron la recuperación de los feriados de Carnaval, aportaron músicas surcadas de testimonio, emoción y esperanza que el público agradeció calurosamente.
Hubo espacio, además, para el festivo aporte de la banda uruguaya de rock No Te Va Gustar que encendió la tarde y, de paso, dejó “un abrazo del pueblo oriental”.
Otros momentos artísticos destacados corrieron por cuenta de León Gieco que fue el músico que más tiempo estuvo en escena al sonar clásico y también metálico junto al cuarteto D Mente que lidera Andrés Giménez y que regaló incendiarias versiones de “El ángel de la bicicleta” y “La mamá de Jimmy”.
León, además, se sumó al segmento de Santaolalla (en el que además participaron Orozco-Barrientos y Jaime Torres) para “Pensar en nada” y “Mañanas campestres”.
“Tengo una impresión gloriosa por la gente movilizada por los derechos humanos y por ganarle otro año más a la democracia”, destacó Gieco entre sus idas y vueltas.
El citado Santaolalla, ganador de dos premios Oscar, no sólo tuvo su segmento en solitario sino que, además, fue la voz cantante del extenso momento de tango electrónico de Bajofondo.
Santaolalla saludó a Gustavo Cerati (“siempre hay esperanzas, para vos Gustavo”, expresó) antes de la interpretación de “El mareo”, en cuya versión original el músico hospitalizado es la primera voz.
El también productor radicado en Los Angeles, opinó que “la manera de proteger los derechos humanos no es con la xenofobia y el racismo sino tendiendo hacia la igualdad”.
La multitud reunida en el lugar, escenario de momentos esenciales de la historia argentina, agitó enseñas patrias, otras sobre la hermandad sudamericana (en una de ellas se leía «Yo me siento boliviano, yo me siento paraguayo, yo me siento peruano») y también algunas sobre el Orgullo Gay.
El festival sumó las presencias y las voces de los actores Leonardo Sbaraglia, María Onetto, Anabel Cherubito, Arturo Bonín y Patricia Echegoyen, entre otros, quienes se encargaron de leer poemas de desaparecidos.
«Es muy importante que sigamos festejando estas fechas tan importantes después de haber vivido años difíciles. Recuerdo cuando tenía 12 o 13 años y mi viejo me ‘dijo vamos a votar’. Hoy ya tenemos 27 años de democracia firme y consolidada», comentó Sbaraglia.
Feliz por este aniversario, el actor no esquivó la coyuntura e indicó que «vivimos una semana dura escuchando a gente supuestamente formada hablar de los derechos humanos; pero ese hombre (por el jefe de gobierno porteño Mauricio Macri) lo único que hizo fue discriminar, agredir».
«Esa es la misma gente –abundó- que hace unos años nos decía que los extranjeros venían a ocupar nuestros lugares y no había que dejarlos entrar. Son los mismos que como (el premier francés Nicolás) Sarkozy y (su homólogo italiano Silvio) Berlusconi quieren un país para unos pocos».
Por su parte, el cantautor Víctor Heredia opinó que «este tipo de celebraciones son esenciales para que los jóvenes tomen conciencia del trabajo silencioso que hacen las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo».
Ignacio Copani, quien cerró su actuación exclamando «Viva Eva, viva Evo y viva Hebe», dijo que se sentía «muy feliz por poder participar y volcar mi militancia en cada estrofa».
El trovador hizo un llamado a la Corte Suprema de Justicia para que ponga en vigencia la Ley de Medios que, dijo, “es necesaria para todos». «Esperemos que con su freno no nos quieran meter un bozal», añadió.
La artista correntina Teresa Parodi aportó con emoción que “el hecho de que estemos todos dentro de la Casa Rosada demuestra que este es un gobierno de puertas abiertas».