A 200 años de la Asamblea del año XIII: El trabajo esclavo continúa
Este año se conmemora el bicentenario de la Asamblea del año XIII que un 31 de enero resolvìa poner fin a la inquisiciòn, las torturas y el tràfico de esclavos y declaraba la libertad de vientres de los hijos de esclavos que nacieran en suelo argentino. Era el principio del fin de la esclavitud. Sin embargo, a 200 años de aquella asamblea, en el 2013 aùn hay medio millòn de esclavos en la Argentina, encerrados en talleres clandestinos y campos de agricultura que requieren mano de obra intensiva. El 78 % de la ropa que se confecciona en la Argentina se realiza en talleres clandestinos donde màs de 200.000 costureros estàn encerrados, trabajando màs de 12 horas, sin ningùn derecho laboral o gremial y con un salario inferior al mìnimo.
Solamente en el conurbano bonaerense hay màs de 30 mil talleres clandestinos entre los que producen para las marcas y para la feria la Salada o para ambos a la vez. Y màs allà de los esporàdicos allanamientos que cada tanto engordan las estadìsticas, el gobierno no penaliza ni a las marcas, ni a los capos de la Salada que abiertamente se jactan de confeccionar sus prendas en talleres ilegales con costureros superexplotados. Por el contrario, se premia a quienes se deberìa penalizar. Los lìderes de la Salada viajaron el año pasado con la primer delegaciòn oficial a Angola junto al Secretario de Comercio, Guillermo Moreno y hace pocas semanas la Cancillerìa llevò a Benito Fernandez a una exposiciòn a Paris, pese a que todo el paìs viò en el 2010 la càmara oculta de la Alameda donde se probaba que ese diseñador basaba su producciòn desde hace muchos años en un taller clandestino de Avellaneda.
En octubre de 2012 en un programa de la radio Constelaciòn que dirige Alfredo Ayala se pedìan costureros para un taller en Villa Celina y se indicaba un cèlular. Costureros de nuestra organizaciòn se pusieron en contacto con el dueño del taller, quien los reclutò en su camioneta en Mariano Acosta y Directorio en Parque Avellaneda y los llevò hasta su fàbrica clandestina en el barrio Nueva Celina en la Calle 9 s/n entre la calle 6 y una cortada. En la càmara oculta que hicieron nuestros costureros se puede apreciar la inmensa fàbrica clandestina de cinco pisos que regentea un hombre que se hace llamar Willy y que se jacta de pisar fuerte en el barrio y tener todo arreglado con la policìa de la jurìsdicciòn. El barrio està minado de talleres clandestinos como el que regentea Willy.
Willy reconoce trabajar para el Mercado Central donde dice tener puesto, al igual que en Flores y para clientes del sudoeste de la Capital y del interior confeccionando ropa para niños y para perros. A su vez, tambièn reconoce que cuando rebalsa de pedidos, terceriza con otros talleres clandestinos. En su fàbrica trabajan una decena de costureros un mìnimo de 13 horas (a veces màs), por dos mil pesos, la mitad del sueldo de convenio por ocho horas. Los costureros duermen en el taller como se aprecia en el videoinforme y salen de la fàbrica solo cuando Willy lo resuelve. De hecho, en la conversaciòn admite que «hace rato que no les doy una libertad» a los costureros y que si es por èl trabajarìan «las 24 horas». Cuando uno de nuestros costureros le plantea que no tiene documento en regla, Willy le responde categoricamente que «Estas conmigo, estàs con Willy, no conoces quien soy yo, yo aca piso fuerte, tengo que arreglar con la cana, todo», con lo cual reconoce explotar trabajadores en situaciòn migratoria irregular y totalmente fuera de la ley.
Por las inmensas dimensiones de la fàbrica, cualquiera puede apreciar que Willy no es un tallerista pobre de recursos que està en la clandestinidad por razones presupuestarias. Nada de eso. La razòn por la cual paga la mitad del sueldo de convenio haciendo trabajar casi el doble de jornada a los costureros es posible por la enorme corrupciòn de la policia local y los cuerpos inspectivos del Estado que miran para otro lado. Mientras Willy se lleva la plata con pala y una pequeña parte la distribuye en materia de coimas, los costureros viven encerrados en esa fàbrica clandestina con extensas jornadas, cobrando un miserable sueldo y tomando aire de vez en cuando en la terraza.
La Alameda que ya ha denunciado a 106 marcas de ropa ante la justicia federal por basar su producciòn en talleres clandestinos; que ha denunciado que los responsables de la Salada tambièn se enriquecen en base al trabajo esclavo que no respeta leyes, derechos, ni convenios, va a redoblar sus denuncias judiciales y pùblicas en el presente año en que se conmemoran 200 años de aquella Asamblea del año XIII que comezò a tomar medidas contra la esclavitud y va a seguir reclamando que como en Italia y Brasil o como ya hiciera el Juez Federal Sergio Torres en el 2007 se allanen los talleres esclavos, se rescaten a los costureros y se incauten inmediatamente las propiedades y maquinarias para que sean reutilizadas social y dignamente por las victimas en forma cooperativa y bajo la supervisiòn del INTI u otro organismo del Estado competente. Para terminar con el trabajo esclavo, no alcanza con un feriado el 31 de enero. Hacen falta polìticas pùblicas decididas para que en la Argentina del 2013 no tengamos màs esclavos, ni excluìdos.