Murió Guillermo O’Donnell, el politólogo que analizó la democracia
El intelectual tenía 75 años. Fue doctor en Ciencias Políticas de Yale y miembro de la Academia Norteamericana de Artes y Ciencias. Será velado en la Legislatura porteña.
El politólogo Guillermo O’Donnell, reconocido académico argentino por sus estudios sobre las transiciones democráticas, profesor de la Universidad de Yale y residente en el exterior, murió hoy a los 75 años.
Considerado como el académico argentino en ciencias políticas más reconocido en el exterior, comenzó en los años sesenta su estudio del Estado autoritario observando la denominada «Revolución Argentina», el gobierno militar que gobernó la Argentina entre 1966 y 1973. Y plasmó sus observaciones en los libros Modernización y autoritarismo(1972) y El Estado burocrático autoritario (1982), este último convertido en un clásico de la Ciencia Política. Luego, desde la recuperación democrática de 1983, profundizó sus estudios sobre la democracia, en los volúmenes Democracia macro y micro (1982) y Transiciones desde un gobierno autoritario (coeditado, 1988).
Defensor y analista crítico de la democracia como forma de gobierno, O’Donnell desarrolló en los ’90 el concepto de democracia delegativa para identificar los procesos democráticos institucionalmente débiles con poderes ejecutivos muy centralizados de América Latina y Europa del Este que, según su análisis, no alcanzaron a establecer democracia representativas. En este período publicó Contrapuntos: ensayos escogidos sobre autoritarismo y democratización (1997), Pobreza y desigualdad en América Latina (coeditado, 1999), La (in)efectividad de la ley y la exclusión en América Latina (coeditado, 2001).
O’Donnell, padre de los periodistas María y Santiago, y hermano del historiador Mario «Pacho» O’Donnell, luego de vivir varios años en el exterior, donde dio clases en las principales universidades del mundo, regresó al país en 2009. Fue doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Yale, miembro de la Academia Norteamericana de Artes y Ciencias, profesor e investigador de universidades como las de California, Stanford, Oxford, Cambridge y Notre Dame.
En su último libro Democracia, agencia y Estado. Teoría con intención comparativa (2009-12), rescata la figura del ciudadano como agente, rol que implica tantas respondabilidades como derechos. «Aunque hablemos de algo restringido como la democracia política, si uno mira con cuidado, descubre que ahí ya está puesto, por la legalidad que impone el mismo régimen político, un agente. Si a mí se me da el derecho, no sólo a participar libremente de reuniones y opinar, sino también a elegir y, sobre todo, a intentar ser electo, se me está diciendo, de una forma legalmente sancionada, que yo soy un agente: tengo la capacidad cognitiva y moral, salvo prueba en contrario, de participar en la toma de decisiones colectivas eventualmente respaldadas por la coacción del Estado. Ese es el núcleo fundamental de la democracia. A nosotros, ciudadanas y ciudadanos nos corresponde desarrollar y potenciar eso: actuemos como agentes, es nuestra responsabilidad y nuestro derecho», explicó en la última entrevista con Revista Ñ, en marzo de 2011.
Entre las numerosas distinciones que recibió se encuentran el premio de la Asociación Internacional de Ciencia Política, asociación de la que fue presidente. En 1995 fue nombrado Doctor Honoris Causa de la Universidad de Buenos Aires y en 1996 recibió el Premio Konex en Ciencias Políticas, además del título honorífico de ciudadano ilustre de la Ciudad de Buenos Aires.
O’Donnell será velado desde la noche del martes 29 hasta la 1 de la madrugada del miércoles, y desde las 8 en adelante, en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. (Clarín)