Policías golpearon salvajemente a siete jóvenes en las Cuatro Plazas
Son amigos, todos de alrededor de 22 años, habían comido un asado antes de llegarse hasta el espacio público. Pasó un móvil del Comando y allí, relataron los muchachos, comenzó la furia de los uniformados. A uno de los muchachos le cortaron las rastas y le desfiguraron la cara
Por Silvina Tamous/El Ciudadano
Siete amigos vivieron una pesadilla por parte de la Policía, que los detuvo sin causa en las Cuatro Plazas (Mendoza y Provincias Unidas, barrio Belgrano), donde estaban sentados después de comer un asado. La peor parte se la llevó un técnico electrónico de 22 años, a quien lo golpearon hasta desfigurarlo, le cortaron las rastas que tenía hasta la cintura con un cuchillo y le dispararon con una bala antitumulto en las pantorrillas cuando intentó escapar de los golpes y los culatazos. También uno de los policías le apuntó con su arma reglamentaria, pero se frenó ante los gritos del resto de los pibes, que también recibieron golpes. A la única chica que había en el grupo le dijeron que era la puta del barrio, la insultaron hasta cansarse haciendo gala de su capacitación en género. En la década del 30, en la Policía le cortaban los taquitos de los zapatos a los detenidos, lo que le dio el nombre lunfardo de taquería a las comisarías. Ahora cortan rastas con cuchillo.
Estuvieron desde las 4 de la madrugada del viernes hasta las 20 esposados en una comisaría. La detención cesó cuando la defensora oficial Maricel Palais llamó al fiscal Fernando Dalmau, quien en ese momento intervino. Los familiares desconocen si es porque no fue notificado antes, lo que sería otro problema para los policías represores, o fue una negligencia. Lo cierto es que Dalmau entró en turno a las 9 de la mañana y si hubiesen avisado sería otro el fiscal que debería intervenir.
Los 7 pibes son laburantes. Salen poco. Su rutina se reduce a comer asados e ir a pescar, y sentarse en una plaza.
La mamá de uno de ellos se jubiló hace poco como empleada policial. “Nunca en mi vida hice algo así, es una locura”, detalló.
Otra de las madres contó que los chicos tienen todos alrededor de 22 años y que el jueves a la noche comieron un asado antes de ir a las Cuatro Plazas. Uno de ellos se sentó en un banco solo. El resto, en otro. Cuando llegó el Comando, se bajaron los policías y les pidieron a los pibes que se pongan contra el patrullero. El que estaba sentado solo no se movió.
“Vos, levantate”, le gritó uno de los policías y entre varios le empezaron a pegar. ‘’Pará, loco, no pegues’’, le contestó y ahí le empezaron a dar culatazos hasta que el pibe empezó a correr. Una mujer policía que está identificada sacó una escopeta antitumulto y le pegó en la pantorrilla izquierda. Otro policía, más tentado con la doctrina Chocobar que el resto, sacó su arma reglamentaria y se puso para disparar. Los gritos de los chicos lo frenaron. Ahí le siguieron pegando hasta que un móvil de la Táctica se hizo presente. Uno de los agentes, que también está identificado, vio las rastas del chico hasta la cintura, sacó un cuchillo y se las cortó.
“Jamás en mi carrera policial hice algo así”. La que habla es una de las madres consternadas porque sus ex compañeros de la fuerza intervinieron de esa manera. ‘’Los de la Táctica son los que mataron a Jonatan Herrera”’, recuerda otra de las mamás
Los pibes terminaron en la comisaría 14a, donde los fotografiaron con celulares. Familiares se quejaron de que el fiscal recién intervino cuando la defensora arribó a la seccional policial y lo llamó. “El fiscal no hizo nada”, se quejó una mamá.
También intervino la abogada de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos Julia Giordano, quien acompañó las denuncias en Asuntos Internos. En la mañana de este sábado, las víctimas fueron al Instituto Médico Legal, donde constataron las lesiones. Estaban todos golpeados y con las marcas de las esposas en las muñecas. “Esto pasa porque el gobierno deja que la Policía decida cuándo reprimir”, aseguró Giordano.
Versión oficial
Desde el Ministerio Público de la Acusación (MPA) indicaron que sobre el caso existen dos versiones: “La del grupo de jóvenes que manifiesta que personal policial los agrede sin motivos, y la del personal policial que expresa que los jóvenes se encontraban en una actitud sospechosa y se resistieron a ser identificados”.
La pesquisa quedó cargo del fiscal de la Unidad de Investigación y Juicio, Fernando Dalmau, quien –según indicaron voceros judiciales– recibió la notificación de la detención de los jóvenes a las 9 de mañana por resistencia a la autoridad, o sea cinco horas después de producida. Dalmau ordenó la averiguación de antecedentes. “Cerca de las 14, el fiscal recibió la información por parte del Servicio Público de la Defensa que los jóvenes habían sido golpeados y que hacía tiempo estaban detenidos –desde las 4 de la madrugada–. Ante esta situación, Dalmau dio intervención a Asuntos Internos y puso en conocimiento a su par Karina Bartocci de la Unidad de Violencia Institucional”, describieron fuentes del MPA.
Bartocci ordenó el secuestro de documentación, libro de guardia de la comisaría 14ª, identificación del personal de la comisaría que intervino en el hecho y los uniformados que estaban en la seccional en ese momento, señalaron las fuentes, para agregar: “Una vez que fueron constatadas las lesiones se les otorgó la libertad”.
Con respecto a este punto, las defensas también buscarán establecer la cantidad de uniformados que intervinieron debido a que el acta está firmada por alrededor de una decena de policías. Sin embargo, los testimonios recolectados dan cuenta de que pudieron ser muchos más los que estuvieron en la plaza y también para intentar identificar a los efectivos que estaban en la seccional, ubicada en Marcos Paz 6650, en barrio Belgrano.
Los jóvenes también hicieron una presentación anteayer en un Centro Territorial de Denuncias (CTD) por las lesiones.
Voceros judiciales señalaron que finalmente la pesquisa quedó a cargo de la fiscal Bartocci, de la Unidad de Violencia Institucional, quien trabajo el caso con la colaboración de Asuntos Internos. (Silvina Tamous/El Ciudadano)